2 de diciembre de 2013

Siempre te creí. Siempre


¿Sabes? Creo que eres la única persona a la que, desde que conocí, he creído cada palabra... Podrías haberme dicho que el cielo no era azul e incluso podría haber dudado porque tus ojos nunca mentían ni mintieron. Podrías haberme dicho que la vida se acababa mañana que yo habría quemado esos últimos instantes a tu lado...
¿Sabes?
Siempre creí que regresarías.
Nunca dudé de aquel "Peque, te iría a recuperar en cualquier momento, eso tenlo claro". A día de hoy, cual ilusa, sigo creyéndote... No creo que te resulte raro... Sigo pensando en aquel "Eres lo más importante de mi mundo, consigues hacerme olvidar todo lo malo y nunca lo dudes, no hay nada comparable a estar a tu lado". Pero el tiempo pasa y desgasta las palabras que no pueden refugiarse en hechos que me hagan mantener esa esperanza que ya dudo que incluso quieras que tenga.

Muchos días me paro, me siento y pienso en todo lo vivido. En todos mis errores... Muchos fueron de cría por no saber quererte sanamente quizás. Muchas veces debí callar y hubo muchos momentos en los que la sinceridad debió quedarse a un lado... Supongo que no siempre era bueno que supieras absolutamente todo lo que pasara por mi cabeza.

Cuando mi pequeño mundo volvió a ser un caos sin ti, te juro que me sentí perdida muchos días... Tú eras el único que daba un poco de sentido a todo esto, el único que de cualquier forma, en cualquier momento, conseguía sacarme una sonrisa para afrontar los días. Te busqué... Madre mía si te busqué... Si por mi hubiese sido, te hubiera buscado a cada instante, pero aun hoy, sigues pensando en lo que tú necesitas mientras yo, que te necesito solo a ti, no importa.
He pasado de ser una prioridad a una mera opción que todavía guarda algo de importancia en tu vida por todo lo que hemos vivido juntos en aquellos meses tan llenos de felicidad, tan lleno de tu presencia y de tu risa y no de tu ausencia.

El problema vino cuando tras 4 meses, acabó de explotar todo como siempre pensé que iba a ocurrir. Tú serías el primero en dejar a un lado todas aquellas palabras a las que a día de hoy sigo aferrada... Aquel sentimiento, aquel querer con locura se esfumó.

¿Cómo se consigue eso?

A veces vuelves... Como si nunca quisieras irte. Otras veces, desapareces y siento que te pierdo cada día un poco más. Cada día todo se va apagando, se consume y llega a un punto de inestabilidad emocional que ni te muestro. Te contaré un secreto... Detrás de cada "Estoy bien, peque", hay un "Me muero de ganas porque me digas que vuelves". Detrás de cada "Te odio", se esconde un "Te quiero" como los de antes, como los de siempre. Detrás de cada risa, se esconden mis ganas de besarte. Detrás de cada despedida tuya, están mis ansias porque te quedes un ratito más a mi lado. En cada silencio, pienso en ti. Por cada letra que escribo, la escribo pensando solo en ti.

Añoro esos días en los que solo éramos "nosotros", pero supongo que me ha ayudado a dejar de sentir esa dependencia que sientes cuando te enamoras de alguien. Te prometo que sigues siendo la razón por la que me levanto cada mañana y el deseo de volver a tu lado y continuar nuestra historia que tiene un futuro incierto.

Nuestras conversaciones... Siempre tienen un tono nostálgico. Recordamos momentos, situaciones, quizás como ocurría ayer. Tonterías como el hecho de que no dejara que me invitaras a nada mientras que te picas porque otros lo hacen ahora (o te miento, quizás, solo para ver cómo respondes), esa tontería, me hizo sonreír. Nunca quise que gastaras dinero en eso por mucho que lo consideraras un simple detalle, prefería que gastaras ese dinero en venir a verme, en coger y decir "Vamos a perdernos" unos días o un simple fin de semana. No me importaba el dinero, nunca me importó. Me importabas tú, incluso ahora.
También ayer te enseñé fotos, fotos que para ti eran "provocativas". Cuando hice aquellas fotos... Bueno... Quizás quise ver si reaccionabas, si conseguía tentarte un poco más. No sé si lo conseguí, pero alguna vez supe que sí pero mientras tú te limitaste a decir:
"Bah todas sales físicamente ahí, con vestido o que se te ve algo... No saben apreciar las mejores fotos... Ya sabes qué fotos me gustan a mi, donde sales tú y en ninguna de ellas aparece más de ti que de cuello para arriba"
La cambié solo por ti, cómo no. Te ponías contento de tantas otras cosas. ¿Recuerdas? Verme era lo único que te alegraba el mes, hoy por hoy, no estaría tan segura. Quizás no siento esa certeza pero tampoco la descartaría, ¿no?

Seguimos hablando, llegaste a la conclusión de que no eras ni siquiera bastante bueno y lo sentías y que quizás un día, cualquiera, debía insultarte. Debía desahogarme, quedarme a gusto, o eso creías. No entendí por qué y te pedí incluso que me dieras razones... Supongo que no hacía falta ni decirlas. Pero no lo necesitaba ni lo necesito, no quería echar por los suelos todo lo que habíamos vivido por tener que insultarte, por tener que dedicarte palabras que no serían propias de mi hacia ti. No quiero... Sigo sin querer por muy cabreada que haya podido llegar a estar en estos meses. Pero te fui sincera, mi perdón no lo tienes, te lo dije, y te prometo que no es porque no lo merezcas como tú me dijiste entonces... Muchas veces pensé que sí, que cambiarías pero pasaba algo, cualquier cosa que desmoronaba nuevamente aquella oportunidad que quería darte.
 ¿Tu respuesta a que no tuvieras mi perdón?

- Lo tengo también.
* Ah, ¿si? ¿Por qué?
- Porque siempre me lo has dado todo.
* Ya, lo mejor que he podido, pero mi perdón no lo tienes, peque y que conste que en el hecho de dejarme sí
- ¿Estás enfadada conmigo?
* No estoy enfadada porque me dejaras, eso creo que lo sabes.
- Sí.
* En otras cosas, sí estoy enfadada contigo y otras, conmigo misma.

- Dímelas.

Jugué un rato contigo, te hice pensar qué habías hecho mal.

- Estás enfadada por el hecho de que abandoné, por el hecho de rendirme, de decir hasta aquí aguanto y de no haberme arriesgado
* Mm eso te lo perdoné. (Nunca te lo perdoné) porque tenías una forma diferente de soportar las cosas que yo.
- El hecho de no hablar tanto, yo que sé.
* Va, peque. Yo confío en que das para más. Eres muy listo.
- Confías mucho, eh.
* Sí.
- No me perdonas lo de agosto, el no vernos, supongo que tampoco lo de que subieras y nos viésemos un día.
* Vale, ahora te queda todo el tiempo de en medio.
- ¿Que pasara tanto de todo?
* No me preguntes a mi tú dime por lo que crees que estoy enfadada, pero seguro de ello.
- Yo pregunto y tú contestas.
* Pues va, más preguntas.
- ¿Por qué estás enfadada? Qué hice en el medio, a ver. porque estas enfada
* Pero si no tienes ni idea...
- Podría deducirlo pero es más fácil que me lo digas tú...
* Pues deduce, por un día.

- Las malas contestaciones, el pasotismo, ser borde, etc., a eso me refería.
* ¿Ya no dices más?
- A menos que sea lo de setiembre de vernos.

Te entretuve un rato, era curioso ver cómo intentabas decir las cosas por las que estaría enfadada. Te hiciste muy bien el tonto, sabes perfectamente qué me  hacía daño, las razones que podían molestarme... Siempre lo supiste todo de mi, siempre te lo dije todo. 
Eres quien mejor me conoce. 
El único al que he dejado conocerme.

No sé, peque... No sé dejarte ir. No sé cómo hacer para que te quedes y no decidas irte. Pero a veces, sigo soñando con el día en que decidas regresar a cumplir todo lo que me prometiste e incluso he llegado a soñar cómo te decía de intentarlo nuevamente, de cero, despacio, sin agobios, viéndonos cuando podamos, siendo felices, sin más.

Dudo que esa idea entre en tu cabeza ni siquiera que te la hayas llegado a volver a plantear, pero de la mía no sale. No consigo que se esfume. Y lo he intentado.
Y... por suerte o desgracia, "Rendirse" no está dentro de mi vocabulario.

Siento seguir aquí, cumpliendo la promesa de esperarte cuando decías que no sería capaz.
Mírame, ya sumaré otro mes.

Te quiero, sí, con pasado, con presente, con defectos, con virtudes, risas y llantos. Con todo lo que pueda acontecer en los días que estuviera junto a ti.
Te quiero, sin más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario