7 de diciembre de 2013

Echarle huevos y otros deportes de riesgo


¿Hasta cuándo se permite uno mismo aguantar? 
¿Hasta cuánto uno es capaz de soportar cualquier cosa?
Llevaba unos días sin llorar, aguanté cuanto pude pero hoy ya me resultó imposible... Parecía estar enfadada con el mundo y la única culpable del caos que tengo soy yo por no sabes decir "hasta aquí". Hasta aquí porque nadie merece que le lloren cada día, hasta aquí porque nadie tiene por qué intentar de todo por nada... Pero no soy capaz. Y, al final, siempre soy yo la que acaba mal.

¿Sabéis? Le envidio y odio a la vez.

Envidio su forma de haber conseguido que le deje de importar todo sobre mi de la misma forma que antes, envidio su capacidad de haber dejado de necesitar a alguien, envidio la forma en que sus sentimientos han cambiado, envidio la forma en la que se han perdido las promesas que tanto me hizo creer, envidio la poca importancia que le da a cualquier cosa que me importe a mi, envidio su forma de no extrañar y hacer como si fuera cualquier otra persona en su vida, envidio su manía de ser capaz de ignorarme como si nada, envidio su forma en la que no suelta ni una lágrima, envidio que se haya desprendido de mi tan fácilmente. Envidio muchas cosas... Pero odio que él sea capaz y yo no.

Nunca quise estar así, nunca quise mirarme al espejo y ver este aspecto de mi. Parece como si de pronto algo se hubiera roto otra vez y, encima, es de esos momentos que solo te salva un abrazo de la misma persona por la que te ves así. Odio la forma en la que tus abrazos conseguían salvarme de todo, odio que fueras tú el único que consiguiera ordenar mi caos y lo volvieras a desordenar, odio que te deje entrar y salir en mi vida como si nada. Odio a estas alturas mil cosas... Quizás porque las necesito más que nunca.

Y, la culpa es mía por quererte. Por haber aprendido a quererte. Por haberme aferrado a alguien. Por haberme dejado ganar cuando quise hacer lo posible para que no fuera así.... Tuviste que ser mi debilidad. ¿Por qué cojones me tenía que pasar a mi? ¿Por qué no podía ser al revés?
Y... ¿Por qué no dudaría en volver a repetir la historia?

Todo esto va de: Echarle huevos y otros deportes de riesgo.


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