8 de julio de 2013

Pesa.


Ya me pesan las mañanas sin un "buenos días mi niña", me pesan los días viendo la indiferencia que has dejado atrás, viendo que cuando más te necesito es cuando antes me has dejado sola.

Por mi, ahora, ¿qué estás haciendo? Sigues ahí, esperando que todo mejore, esperando a decirme que todo está bien pero, ¿mientras? ¿Qué pasa mientras? ¿Cómo me mantengo? ¿Cómo saco fuerzas para seguir sola en una relación de dos? Dime, en serio, ¿cómo?

Empiezo a no poder, empiezan a pasar los días o quizás las horas sin ni siquiera hablar, empiezo a ver que en tu mundo ya no soy tan imprescindible como antes, que ya no te importa que te salude de buena madrugada cada vez que entras al trabajo con un "buenos días mi niño, espero que descansaras y vaya bien tu día" o que por la noche te diga "te quiero", que ya no te importa que durante el trabajo te deje mensajes que leerás nada más salir a los descansos, que ya te da igual si estoy o dejo de estar con gente, qué hago, qué me pasa por la mente, porqué río o me enfado o acabo llorando, ya te empieza a dar un poco igual...
Sin quererlo, ni tú, ni yo... 
Estamos escapando de la vida del otro sin dejar nada
Y, lo más triste, es que ya no estamos haciendo nada, tú por tu situación y tu desgana. 
Yo porque ya he dado suficiente por esta relación y me dejo llevar conforme tú hagas. 
¿No quieres hablarme? No lo hagas, no pienso molestarte, no pienso ir a buscarte (o eso quiero hacerme creer)
¿Dejas de esperarme? ¿Dejas de quererme? De acuerdo, pero antes avísame, vaya a ser la única ingenua que continúa creyendo en un nosotros que poco a poco se ve más borroso que al principio.

No aprendo... No aprendo y ojalá en la vida las cosas saliesen como queremos, y no como deciden las circunstancias. Pero mientras, no podemos hacer nada... No puedo hacer nada y la verdad, mi corazón empieza a no verle sentido a nada de esto...

Sí, merece la pena ese nosotros, lo sé pero... 
Empiezas a hacer que deje de creer.
Y, para mí, no es la mejor forma de seguir aquí mientras los días siguen, mis ganas de tenerte aumentan para dejar atrás todas estas sensaciones y tus ganas de estar bien, quizás olvidándome, siguen ahí.

Fue bonito mientras duró... Fue precioso pero necesito más de ti... 
Y ya no tengo ningún derecho a pedirte nada.
Solo puedo callar.
Confiar tal vez.
Llorar.

En fin... Sobrevivir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario