10 de enero de 2014

Dolorosamente feliz


¿Sabes? Hace mucho tiempo el lado más pesimista de mí, mientras aún disfrutaba de ti, pensó mil formas de que toda nuestra historia acabara. ¿Te cuento más? Nunca imaginé una tan desastrosa como esta... Nunca imaginé que la persona que tanto me había querido y tanto me había demostrado, acabara resultando ser una persona fría y distante en mi vida. Acabaste siendo todo aquello que odiaba. Acabaste siendo  la persona que podía hacerme dolorosamente feliz.

Ya ves, sigo recordándote cada día que pasa y hoy vuelvo a llorar por ti. No debería y te lo prometo, odio cada lágrima que derramo y sonrío tontamente al recordar tus palabras "Peque... No llores, que así estás fea". Algo así me hacía dejar de llorar pero ahora solo provoca más lágrimas sin sentido alguno.

Fuera la música suena, la vida sigue y yo me veo en mi habitación estancada sin encontrar una salida a toda esta situación, tan solo pensando qué hice mal. Qué podría haber cambiado. Qué podría haber hecho más. Luego aparece mi lado más analítico... ¿Por qué he de buscar lo que yo podría haber hecho si quien no hizo nada por mantenernos fuiste tú? Supongo que siempre tengo un alto nivel de culpabilidad sea o no yo la causante.

A veces no sé si te echo de menos a ti o tu recuerdo... Es tan triste que ni recuerdo tu voz. Tan solo tengo un vídeo que me dejaste, en el que hablas sobre el piso que te habían dejado. Recuerdo lo feliz que fui al escucharte cuando me lo mandaste, tu voz me resultaba tan tranquilizadora... Apaciguabas mis emociones y le dabas sentido a aquello que guardaba en silencio.

Creo que no se me da bien seguir, no se me da bien hacer como que no pienso en ti o como que no te echo de menos. Me es imposible pero también pienso que si no has regresado es que quizás ya estás mejor sin mi, definitivamente. Quizás ya has olvidado todo aquello por lo que queríamos luchar, todos aquellos sentimientos que nos hacían seguir un día más, todas aquellas ilusiones. Debería aprender que, como siempre digo, las cosas cambian por algo. Seguramente pasará el tiempo y no entenderé el por qué de todo esto... Quizás luego vuelvas y sepamos que valió la pena esperar o llegará otra persona que me haga creer que tuve que pasar por todo esto para llegar hasta ese día. No lo sé, pequeño. Ojalá tan solo tú tuvieras todos los sentimientos tan sinceros que siempre guardé por miedo, por desconfiar del resto.

Siempre fuiste muy especial para mí porque aceptaste cada fallo que tenía, cada cosa buena que podía darte, cada paranoia, cada risa. Me aceptabas tal y como era sin querer cambiar absolutamente nada de mí. Te encantaba. Dos palabras que revolvían mi ser sin apenas darme cuenta.

Te echo de menos. Muchísimo.
Me siento perdida, no sé qué más hacer.
La fuerza se me va por la boca y, aquí me ves, escribiéndote de nuevo.

Tenías que ser quien me hiciera dolorosamente feliz... .


No hay comentarios:

Publicar un comentario