7 de octubre de 2013

Locuras por ti


Aquí vuelvo, a contar en unas simples líneas cómo me siento.

Voy a cometer una locura, voy a presentarme allí donde Él vive... 
Donde vives, mi vida. Está todo tan negro... Está todo con tan poca esperanza que ya no me quedaba otra cosa que hacer que no fuera ir y ver tu dichosa reacción... 
¿Qué dijiste al saberlo?
Que tendrías planes, que si no te veía no querías quejas... 
Parecía que te molestara que fuera a verte. 
No se me ha perdido nada allí salvo tú y tu sonrisa.

Eso es... ¿Normal? Es decir, dices quererme, dices querer estar conmigo, te pedí un cambio que no fuera esta "nada" que llamamos "esperar", di todo y más por ti cuando quizás ni lo merecías y... ¿No piensas sacar tiempo siquiera para verme? ¿Para disfrutar de esos días a mi lado?
Yo, ingenua, subo desde el 30 de octubre al 3 de noviembre...¿Sabes acaso qué fecha hay en mitad de todo esto? Aquel 1 de noviembre donde haríamos un año "oficial". Donde me pediste que fuera solo tuya aquella noche donde la luz de las velas daban más calidez de la que de por sí tenían nuestros cuerpos. Aquella noche en la que todo en lo que creíamos, el futuro que veíamos, cobraba un sentido, algo seguro, sin miedo, solos tú y yo. Nadie más estaba invitado. Pero...
¿Dónde quedó aquel chico que lo dejaba todo por verme bajar de las escaleras de un aeropuerto? ¿Dónde quedó aquel que no quería a nadie más que a mí en aquellos días, los pocos que lograra estar con él? ¿Dónde está aquel chico para lo que yo era lo primero y no la última mierda que existía?

Dime... Si tanto dices quererme... 
¿Dónde está aquel chico que me enamoró perdidamente?

Duele demasiado... Me pesa todo esto... Discutimos. Yo te decía que no era normal que no quisieras verme, que solo quisieras el mínimo de tiempo a mi lado... ¿Por qué? No decías nada, te limitabas a un "No quiero decir nada más" mientras yo te argumentaba las razones de todo aquello que me dolía. Y seguimos así hasta que llegué a un punto... Te felicitaría el 10 de este mes, día en le que cumples los 22 años... Cómo ha cambiado todo ¿Te has dado cuenta?. Yo fui lo primero en aquellos días, la única con la que hablabas, la primera en felicitarte y al cabo de unos días, el 1 de Noviembre, sería cuando me pedirías salir... ¿Ahora? Ahora le darás la llamada esa especial a cualquier persona que no sea yo y, mientras. me limitaré a felicitarte por carta... 
Ya la envié. 
Es una carta con buenas intenciones, diciendo lo mucho que te quiero y quiero estar contigo y deseando que desde que te dije que o cambiabas o se acababa y, cambiaste, todo hubiese sido un poco mejor. Pero no fue así, no, miento, fue así 3 días y luego vuelta a este vacío.
Te lo dije, a base de palos me estaba dando cuenta de cómo estaban las cosas, de dónde quedaba yo, de dónde estaba mi sitio... Es una putada. No dejo de llorarte. No dejo de pensarte y esperar cualquier cosa para aferrarme a los días a tu lado, como sea. Una reacción, solo eso.
Acabé diciéndote que ya sabría qué haríamos. Te limitaste a un "¿Qué?" y añadí que si querías el día 30 me podrías dar aquello que olvidé en tu casa y no te molestaría más, el resto de días lo tendrías para ti y tus amigos. Un frío "Ok" fue tu contestación. Me cabreaste, cómo no. No querías decir nada más y un "Déjame tranquilo" terminó rompiéndome y te dije...


* Encima, ¿yo? ¿Mi culpa de nuevo con tanto "déjame tranquilo"? Quería cuidarte, ¿vale? Ir y, al menos, darte un puto abrazo, que te sintieras algo mejor o no, no lo sé, pero ya no puedo más. Hago de todo por ti a cambio de que te deje "tranquilo", malas formas, desganas , borderías y cosas así. Solo he intentado dar lo mejor de mi por ti, porque te quiero, sí, muchísimo y te lo he demostrado a diario casi, pero te pedí un cambio, algo pequeño para seguir aquí y ni esas... Me siento culpable de algo que ni yo he causado pero no puedo más...Haz lo que quieras.
- Que ya está, ya pasó.
* Sí, ya pasó. Se acabó

Y desaparecí. En ese momento no quise saber nada más de ti. Te bloqueé, he de admitirlo pero algo en mi interior me quemaba y acabé hundiéndome entre lágrimas y un ataque de ansiedad... 
¿Cómo habíamos llegado a esto si era lo último que queríamos?
¿Piensas cambiar algo o seguir así con el paso de los días?
¿Piensas dejarme ir sin más?
¿Qué nos queda por hacer?

Odio esto...  Que si era sin ti, también era, pero yo no estaba del todo. Y cuando te veía, las palabras se disolvían. Algo había en estar contigo, que hacía magia, y desaparecía el mundo. Se esfumaba todo, mientras yo inventaba estrellas fugaces a las que pedía que siempre estuvieses conmigo. Supongo que nunca supe explicar mejor la felicidad que describiendo tu sonrisa.
La gente no lo entenderá jamás, porque ellos no te han visto llorar nunca. No te han visto abrazarme con uno de esos abrazos de película que duran el tiempo que seguimos recordándolos, a veces, toda la vida. Y lo peor fue que te hice rutina, y cuando no estabas tenía ojeras, como si no pudiese dormir hasta encontrarte. Quizá por eso de que para soñar, hay que estar dormido, pero tú eras como un sueño, y se me había olvidado la teoría.


Y, ¿sabes? ¿No es el cuadro más bonito, tu cuerpo desnudo, sobre mi cama? El reloj con su tic-tac, infinito, de fondo, sobre la mesilla, y me gustaría decirte que cuando estás no tiene demasiado sentido que pase el tiempo. Es contradictorio. Que las horas no me molestan, si estoy contigo. Y las noches no parecen tan noches. Y no hay más estrellas, que de costumbre, en el cielo; pero las que hay parecen brillar más, de alguna forma. Como la luna y el oleaje, pues igual tú y algo bonito. Tú la causa y yo la consecuencia. De lo que sea. ¿No crees que podríamos pasarnos la vida que nos queda observándonos, descubriéndonos otros mundos, en la mirada? Yo creo que no necesito tantas respuestas si tengo tu nombre, y lo repito en silencio, como una oración, que le da sentido a todo. Que cura, en parte, esa presión en el pecho que siento cuando, cerrando los ojos, no sé qué de mañana: otro día. La gente que no cree en el amor tiene que tener una excusa perfecta. Intento buscarla, le doy muchas vueltas, pero luego apareces tú sonriendo, y desisto. Creo que si no hay nada más allá de la curva de tus párpados, tampoco me importaría. Se está demasiado bien, en la terraza de tus brazos, bebiéndome el café de tu boca, y sin dormir, por las noches.

Pero, cómo no, no sé a dónde me lleva todo esto. A lo mejor me lleva hacia algún precipicio, y estas palabras, en lugar de con un punto y final, terminan con puntos de sutura y fines de semana preguntándome si la felicidad se encontrará detrás de todo esto. Entiende que andar con pies de plomo es la opción más sensata cuando la velocidad puede hacer que tenga un accidente contra la esperanza, que me dice "ven" sin pensar en las consecuencias. Como si yo no muriese por llegar pronto, acelerar un poquito más y tomar el atajo que empieza donde termina tu ropa.


Y no sé, sigo sin saber como cada día y a lo mejor vivir es que alguien desee  morir a tu lado. A lo mejor es que me cantes alguna canción al oído, por la noche, susurrando, cuando hay tanto silencio que podría escuchar como late tu corazón. O a lo mejor vivir simplemente eres tú, y tu forma de pintar el mundo del color de tus ojos. O a lo mejor, incluso, vivir es ir a cualquier lugar contigo de la mano. Me pierdo en ti y  no preguntes por qué, pero tienes la sonrisa más bonita del infierno.

No hago más que soñar contigo pero estoy segura de que no he despertado a tu lado. Creo que, en el sueño, te gustaba, como le gusta a octubre este tiempo tan no saber si mañana lloverá o hará 30 y tantos grados. Éramos felices, como las películas sin anuncios. Y cuando sonreías, yo te miraba, y no sé, joder, cariño, qué hacías, pero por dentro me sentía infinito. ¿Era sólo un sueño, o algo más, quizás todo?
Era el deseo de despertar y alargar el brazo y tocarte el pelo, sentirte a mi lado. El deseo de besarte fuerte al amanecer cada mañana. No puedo, ni quiero, pedirle más, que eso, a la vida. Y ojalá vuelvas otro día o noche o, después de comer, en la siesta, y me hagas vivir más con los ojos cerrados, de lo que vivo pisando este mundo que gira, tan loco.... Pero cada vez, esa sensación está más lejana a mi, cada vez veo todo esto con un final que quizás hace tiempo llegó y después de 3 meses y medio, casi, no he logrado afrontar... 

Ya no sé qué puedo hacer contigo, conmigo, con nosotros.
¿He de darme por vencida?

Dudo, dudo como cada noche en la que recuerdo lo bonito que eran los días si te tenía.

¿No podría el mundo detenerse un rato a pensar qué es lo que estamos haciendo? 
A lo mejor estamos equivocados.
Y ojalá cuando nos demos cuenta no estemos demasiado lejos para volver.



¿Recuerdas? Aún te quiero como si no hubieras dolido nunca...


1 comentario:

  1. Estas demasiadao enamorada, solo puedo decir eso. Ojala salga todo genial cuando viajes.


    Jessica.

    ResponderEliminar