10 de septiembre de 2013

Vienes y vas



Mi vida, de pronto vuelves y me mandas un mensaje como si no pasara nada... Como si no hubiera alguien que te espera aquí cada dichoso día. No lo entiendo... Pides espacio y vuelves, pides que te deje y vuelves... ¿Qué juego es este? ¿Dónde me he perdido? ¿Cuándo decidí incluirme..? Bueno, sí... Quizás cuando, como una estúpida, caigo, te hablo y me odio un poquito más al no poder resistirme a esa dichosa sonrisa que aparece por mi mente cada vez que me hablas, como si todo estuviera bien...

Qué maldita debilidad tengo contigo. No sé cómo consigues eso conmigo.

Muchos pueden criticarte y, a veces, no están faltos de razón. 
¿Cómo puedo estar tan normal? 
Sinceramente, hasta yo, he llegado a preguntarme por qué no soy capaz de hacer como si no hubieses decidido mandar un mensaje... Supongo que me mueve el saber que me necesitas aunque no me lo grites. Desde el principio me necesitaste y ahora, no, no iba a ser diferente.
No sé... Es extraño pero no puedo evitar ponerme nerviosa cada vez que aparece un recuadro en el que dice que Tú me has hablado, en el que siento que te has acordado de mi y has dejado parte de tu orgullo atrás para al menos dedicarme unos minutos  porque pasé por tu mente, porque quieres saber algo de mi...
Me pongo nerviosa como al principio de conocerte, como esas ganas locas de contestarte para seguir hablando contigo porque era algo que ya, en su momento, me hacía feliz... 
Sí, feliz... Cual cría.
Y yo, no pienso amargarme, no pienso preguntar por qué vienes y vas... Solo quiero pasar contigo el mayor tiempo posible... Solo eso. Quiero esa sensación de felicidad aunque sea un breve periodo de tiempo pero te puedo asegurar que quizás me hablas 5 minutos pero me alegras el resto del día, sea cuando sea, siempre.

Como si no pasara nada... 
Y todo porque sabes que sigo aquí, por mucho que duela, pero por ti.
Y porque yo sé que, pese a todo, sigues queriéndome, más o menos, pero me quieres.

PD: Te quiero.



No hay comentarios:

Publicar un comentario