1 de mayo de 2012

Etapas.


Hoy no escribiré sobre ese inquietante sentimiento, no. Hoy no es uno de esos días.

Hace poco, alguien me estuvo hablando del "cambio". Sí, lo creáis o no es algo que aterra.
Nunca he sido de esas chicas que confían pronto en alguien, que abren su corazón y dejan a la vista todos los daños que tiene, todas las inquietudes, todos los miedos y debilidades. No... Creo que nunca he sido de esas y tan solo me he limitado a cerrarme en mi propio mundo del que soy partícipe durante un breve periodo de tiempo y que muchas veces, me lleva divagando allí por donde le place, cuando le place.
Siempre me he quedado quieta, temblando, en una esquina. Pocas veces he querido salir... 
¿Por qué? Porque quizás las experiencias y el tiempo han hecho que desconfíe hasta de mi sombra. 
A lo largo de mi vida he llegado a estar junto a personas que una vez me prometieron que nunca se separarían de mi lado o que quizás nunca sería intencionadamente. Me prometieron que me cuidarían pese a todo igual que yo les había cuidado. Me dijeron que aunque yo me limitara a separarles de mí, volverían. Me prometieron que siempre tendrían una mano para mí en el momento que fuera porque no querían que pasara por las mismas experiencias que me habían convertido en esa persona que incluso yo odiaba. Me acostumbré a ellos... Me acostumbré tanto que salí de mi mundo. No, quizás nunca les dejé entrar y no... Tampoco tuvieron la intención de hacerlo.

¿Qué ocurrió?

Lo que ocurre siempre... Pasa algo, algo trastoca toda la realidad que creíamos que se mantendría por sí misma y no... Todo se desvanecía delante de mis ojos mientras me quedaba tirada a ras del suelo observando cómo la gente se iba alejando hasta tan solo ver una mísera silueta a lo lejos que ni siquiera tenía la decencia de mirar atrás y ver aquello que dejaba. No les importaba. Me pregunto si alguna vez les llegué a importar realmente o solo era una simple persona cuya presencia era prescindible en sus vidas, pasajera, una más.

¿Fui ilusa al confiar?

Volví atrás. El frío llegó otra vez hasta los más profundo de mi interior. No quería salir, pero alguien me forzó a salir... ¿O quizás fui yo la que tenía ansias por volver a aquella realidad donde la felicidad, las risas... Eran más constantes? Donde no hacía falta fingir una leve sonrisa. Donde no siempre me servía de la apariencia.
Ese alguien me sacó. Me analizó y no... No me juzgó como tantas otras personas lo han podido llegar a hacer.
Fui ilusa al creer que unas palabras se harían realidad, se convertirían en hechos. 
Fui tonta al pensar que al decirme que nunca me haría daño, nunca lo haría.

No. Lo siento pero no existe un nunca, ni siquiera un para siempre.

Otra vez volvieron a sangrar las cicatrices que el tiempo no conseguía eliminar de mi piel pero esta vez, se hicieron más profundas, tanto que sentí cómo una mano podía arrancar trozos de mí sin más y dejarme nuevamente allí, en el frío suelo mientras unas débiles lágrimas intentaban escapar de mis ojos.

Otra vez confié... Otra vez me hirieron hasta más no poder.

Pero no quería cerrarme nuevamente. No quería fingir aunque, por desgracia, sigo haciéndolo para que ni el viento se moleste con mis sollozos. Para que nadie me juzgue y me tache de víctima. Para que nadie me diga que convivo con la tristeza... Para no creerme que estoy sola.

Siempre me paro a pensar qué le he hecho a esto que llaman vida. En qué momento cometí un error tan grave que lo único que consigo es tropezar con una interminable caída de la que no consigo escapar.
No sé qué he hecho.
Juro que aún intento comprenderlo.

Y, ¿qué decir?
Luego todo volvió a cambiar, alguien vino y me sacó sin darse cuenta de todo aquello en lo que me vi inmersa.
En poco tiempo se convirtió en alguien que me alegra los días conforme pasan. Con quien puedo hablar sin miedo. Con quien puedo ser yo misma.
Gracias a esa persona puedo sobrellevar cargas que no todo el mundo sabe.
En el fondo me entiende, diga lo que diga, me entiende.

Puestos a pedir... ¿Qué pido?
Que todo vuelva a su lugar y que consiga ser otra vez aquella que no tenía miedo y que conseguía afrontar la realidad tal y como se le presentaba...




¿Es mucho pedir?


3 comentarios:

  1. si todo vollviera su lugar de que habria servido todas esas penas todas esas desventuras y pesares

    acaso con todo eso no lograste aprender nada aunque sea lo minimo para que no se vuelva a repetir

    el salir no es suficiente si dejas ese vacio sin el entender para no volver a caer en esa misma pidra pues la vida esta llena de ellas y hay que saber identifacarlas en el camino

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  2. Ahora leyendo estoy me alegro mucho más de que apareciera esa personita en tu vida y me doy cuenta de lo que ha hecho por ti sin darse cuenta... Esto demuestra que no sabes lo que te deparará la vida y que la suerte juega un papel importante. La vida es injusta y a veces quien no lo merece tiene una vida mejor que la tuya...A ver si esta historia tiene un final diferente. ñañaña<3

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  3. Hola linda =) la verdad, no lei lo que pusiste porque quiero empezar a leer de tus antiguas entradas porque siento que he perdido mucho el rastro de tu vida... extraño esos dias cuando hablabamos! pero por lo menos yo estoy ocupadisima con el colegio... voy a leer y luego te ocmento denuevo, pero te dejo el comentario por ahora =) un abrazo, cuidate mucho ♥

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