21 de agosto de 2016

Preguntas

Hablé las cosas con mi pareja pero sigo sin contemplar cambio alguno. Quizás no soy aquella que sonreía en las fotografías que cuelgan de su pared, quizás no soy aquella que le escribía notas diciéndole cuánto le quería o cuánto pensaba en él. Quizás esa chica que ambos recordamos es solo eso, un vago recuerdo de lo que un día fui.


¿Lo peor? 


Quizás es que siga creyendo que soy esa, aquella misma que le miraba y sentía cosquillas o esperaba verle aparecer por la esquina.

¿En qué momento me perdí? 


No me lo preguntes porque aún no he conseguido responder a ello. Tampoco sé en qué momento volveré a encontrarme y si volveré a ser la misma.


¿Qué ha sido de Él?

Supongo que a veces no nos cansamos de hablar y en otras ocasiones nos evitamos días y días creyendo que el otro aparecerá a alegrarnos el día con un simple saludo. Estos días no me apetece hablar con Él.

¿Por qué?

Porque se va de viaje, doce días, a un sitio donde deseábamos viajar y el mismo por el que todo empezó.

¿Cuál y con quién?

Japón y su ex, aunque sean amigos ahora Él sigue esperando que cambie y le demuestre algo que no sale de ella. Bendita justicia poética, Él esperando un cambio como yo un día lo esperé, solo que Él ya sabe el final y yo tan solo me arriesgué sin saber. 

¿Me importa que sea ella y no yo?

Sí, llamadme loca, decidme que no es lógico tal y como me dice Él. Decidme que no debería ser así porque qué más da, es el pasado. Pero era nuestro. Empezamos bromeando sobre viajar, Él me llevaría, seríamos felices allí. Mi problema fue creer en esa promesa que vaga hasta el presente para removerme y ver que no soy yo la acompañante en aquel viaje. Duele darte cuenta que no importaba con quién, sino dónde. Me duele que no me comprenda pero, ¿qué le hago? Simplemente le desearé buen viaje y que ojalá su ex no sepa valorarle como le dije. Ojalá.



Quien quiera entender este caos, que lo entienda.
Pero empiezo a tener claro que ni mi presente ni mi pasado me convencen.

¿Qué haces cuando tu mundo no sientes que te pertenezca?
¿Qué haces cuando las dudas te ahogan?


Por ahora, vivir.
Prometo seguir siendo la pequeña de las dudas infinitas. 
Ni lo dudéis.



No hay comentarios:

Publicar un comentario